Auzolan significa trabajo vecinal en euskera y designa la tradición popular según la cual, en los entornos rurales vasco-navarros, antiguamente todos los habitantes participaban en tareas comunitarias de construcción, mantenimiento, etc.
La carga de trabajo de reconstrucción de Gardaláin era demasiada para la decena de jóvenes que participan en el proyecto. No obstante, gracias a la ayuda continuada de otras personas los resultados han sido exitosos. Normalmente un fin de semana cada mes o mes y medio se hace una convocatoria a auzolan y diversa gente se acerca hasta el pueblo para participar en las taras que durante esos días se intensifican notoriamente.
Esta vez las tareas han estado concentradas, por una parte, en arreglar la pista forestal de acceso a Gardaláin y que había quedado en su último tramo seriamente dañada por las fuertes tormentas de la última semana de octubre. Por otra parte, también se han dedicado a terminar de tapar algunos agujeros y goteras del tejado de la vivienda común. Además, teniendo en cuenta la festividad de Todos los Santos, durante la cual suelen acercarse antiguos habitantes y descendientes al cementerio de Gardaláin, recientemente acondicionaron el cementerio, cuyo acceso había quedado cegado por la vegetación.
Entre los motivos que llevan a personas ajenas al proyecto de rehabilitación a echarles una mano a estos jóvenes están la amistad o parentesco con ellos, pero también la simpatía hacia la forma de vida, que hace que se acerquen de lugares dispares, a veces con excursiones organizadas por colectivos, etc.
Javier es uno de los ayudantes del último auzolan de Gardaláin. Nos cuenta que se ha acercado hasta allá porque es un proyecto que le motiva: «de hecho, en un principio también estuve en él, pero tuve que desmarcarme por motivos personales, aunque no descarto nada en un futuro». Mikel cuenta que siempre que puede va a echarles una mano con los trabajos y, además, también a pasar un buen rato rodeado de amigos y en medio de la naturaleza.
Gardaláin, la vuelta al pueblo 